lunes, 2 de abril de 2012

Los océanos no son ceniceros, las playas tampoco





Son muchos millones las colillas de cigarrillos que acaban tiradas en el suelo cada año en el país. Estos residuos no son bio-degradables y acumulan elementos tóxicos que son un serio riesgo para la fauna.
Por desgracia, este numero de colillas arrojadas al suelo parece estar aumentando desde que entro en vigor la ley anti-tabaco, pues ahora es mucho mas común que se fume en espacios abiertos, al no estar permitido en oficinas y determinados lugares públicos.

Dados los resultados de todos los censos que el Capitulo Partido de la Costa de Surfrider Foundation Argentina viene realizando, vamos a trabajar en el principal contaminante de las playas, pero también de toda la Costa Atlántica Argentina y el mundo. Le presentamos a LA COLILLA DE CIGARRILLO:

Parece impensado creer que sea el elemento más abundante en las arenas de nuestras playas, pero también de los mares y océanos del planeta, contaminando y matando millones de peces que las ingieren accidentalmente, confundiéndolas con su alimento.

Pero para conocer bien a este enemigo que llega a nuestro frente costero, solo por nuestros actos inconscientes, les traemos algo de información para que se vayan nutriendo y concientizando, seas fumador o no.

¿Qué sucede con estos filtros, adonde van a parar? Este residuo ensucia nuestras calles, pero lo más preocupante es que la lluvia los arrastra hasta cursos fluviales, llegando hasta las costas y campos.
A pesar de su apariencia, los filtros de cigarrillos no son bio-degradables, están fabricados con acetato de celulosa, que tarda mucho tiempo en degradarse. Algunas fuentes indican que pueden pasar desde algunos meses hasta diez años para que se descomponga. Pero el problema básico no radica en el tiempo que perduran estos residuos, sino en la toxicidad que acumulan. El filtro de las colillas esta diseñado para acumular los componentes del tabaco, incluidos los químicos más nocivos que son liberados en contacto con el agua. Por lo tanto cuando llegan a los ríos o al mar sueltan estas sustancias, lo que constituye una grave amenaza para la bio-diversidad.

Al respecto la Universidad de Longywood (Estados Unidos) realizo un estudio sobre el efecto de los elementos liberados de colillas sobre la pulga de agua, crustáceo base de la cadena alimenticia en ecosistemas de agua dulce. Para concentraciones de menos de 0,125 colillas por litro, las pulgas de agua mueren en menos de 48 horas. Una sola colilla de cigarrillo provoca la contaminación de ocho litros de agua.

Otros impactos causados por las colillas no son menos preocupantes:
Como es sabido, las colillas son también una de las principales causas de incendios forestales. Las colillas pueden ser ingeridas accidentalmente por niños pequeños. Y además han sido encontradas en los estómagos de diferentes especies marinas, como aves y tortugas por ejemplo. Recientemente en Barcelona, una familia denuncio la existencia de una colilla en un calamar fresco que habían adquirido en el mercado, y que se disponían a cocinar para la cena.

La basura que provocan las colillas en nuestras calles, ocasiona grandes costos de limpieza, además del impacto visual ¿No te parece que están por todas partes? Según estimaciones, las colillas representan el 26 % de la basura que se recoge en las playas.

Ni las calles de nuestras ciudades, ni mucho menos los espacios naturales, son un inmenso cenicero. Y las colillas arrojadas al suelo constituyen un gran impacto ambiental. Para evitarlo basta con utilizar una pequeña lata, o algo similar, como cenicero portátil.

INFORME DE LA SURFRIDER FOUNDATION

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