lunes, 17 de diciembre de 2012

Cada vez más lejos de una acuerdo para detener el cambio climático


Finalizó la Cumbre del Medio Ambiente en Doha, Qatar.
Seguimos aún muy lejos de alcanzar un acuerdo global para detener, o al menos ya atenuar, el cambio climático planetario. Luego de 18 Cumbres con la consiguiente movilización de miles de personas alrededor del mundo y otros tantos documentos y estudios científicos, los representantes de 195 países  siguen manteniendo diferencias irreconciliables.
A pesar de las innumerables e incontrastables evidencias, para quien quiera y pueda mirar, son precisamente los delegados de estos 195 países responsables de defender el medio ambiente quienes parecen, o prefieren, ignorar las causas y las consecuencias catastróficas para el planeta, y para todos nosotros, del progresivo cambio climático.
A la hora de votar se termina de diluir el discurso ecologista de conveniencia y compromiso y empiezan a crecer los intereses económicos de los involucrados. A pesar de las miles de voces en todo el mundo, el supuesto crecimiento de una consciencia ecológica, la información y el activismo de las organizaciones no-gubernamentales estamos muy lejos de formar una masa crítica suficiente como para cambiar actitudes y consciencias a favor del cuidado y protección del medio ambiente.
El problema con el medio ambiente y la naturaleza es que nos olvidamos que no estamos hablando de cosas o bienes materiales sino de seres vivos: las plantas, los animales, el agua, el aire, en última instancia la Tierra es un ser vivo. Un libro aparte merecen las miríadas de seres llamados elementales, que con su incansable trabajo, y a pesar de nuestra desastrosa intervención, logran aun mantener cierto equilibrio y  armonía en la naturaleza.
Se trata de nuestro hogar en el universo, puede parecer i-lógico, in-comprensible e i-rracional, pero es un hecho, una verdad, no podemos coincidir en qué tipo de planeta queremos vivir y ni siquiera si queremos cuidarlo y respetarlo.
Mientras tanto, los científicos ratifican sus predicciones de que si no se limita a dos grados centígrados el aumento global de temperatura con respecto a la era pre-industrial vamos hacia una gran catástrofe. Ahora ya estamos en camino hacia un aumento de 3,3 grados para el 2050. Esto significa, entre otras cosas, olas de calor sin precedentes, incrementos de al menos un 30% en las precipitaciones, aumento significativo del nivel del mar y reducción notable de la producción de alimentos.