Por el Dr.
Mercola
De acuerdo con
el estudio1 del Instituto de
Investigación de Credit Suisse realizado en 2013, "Sugar: Consumption at a
Crossroads" (Azúcar: el consumo en una encrucijada), hasta el 40 % de los
gastos en atención médica en Estados Unidos van a enfermedades directamente relacionadas
con el consumo excesivo de azúcar.
Increíblemente,
gastamos más de $1 billón cada año para combatir
los efectos dañinos del azúcar, entre los cuales se encuentra la obesidad,
diabetes, enfermedades cardiacas y cáncer.
Actualmente, se
está volviendo más reconocido el hecho de que el azúcar y la obesidad están
relacionados a un mayor riesgo de cáncer. De acuerdo con un reporte2 sobre la carga global
de cáncer, publicado en 2014, la obesidad es responsable de un estimado de 500
000 casos de cáncer al año en el mundo entero.
Casi dos
tercios de los cánceres relacionados con la obesidad, entre los cuales se
encuentra el cáncer de colon, recto, ovario y útero, se dan en Norte América y
Europa.3 Y un reporte británico
más reciente estima que en los siguientes 20 años, la obesidad podría ocasionar
670 000 casos adicionales de cáncer únicamente en el Reino Unido.
De acuerdo con
BBC News,4 el Cancer Research UK
y el reporte de UK Health Forum piden que se prohíban los anuncios de comida
chatarra que salen al aire antes de las 9 pm, para tratar el aumento
descontrolado de la obesidad y de las enfermedades relacionadas con ésta.
Mientras tanto, una investigación alemana acerca de
las enfermedades inducidas por la alimentación y los costos de los tratamientos
relacionados revela que la enfermedad oral inducida por el azúcar representa la
mayor parte de los costos nacionales en atención médica.
"…[E]l
impacto substancial del consumo de azúcar que se encontró en el estudio se
debió principalmente a los costos del tratamiento de las caries y otras
enfermedades del tejido duro de los dientes, enfermedades cardiovasculares,
diabetes mellitus, cáncer de recto y colon, así como enfermedad crónica del
riñón".
Cómo el Exceso de Azúcar y la Obesidad Promueven el
Cáncer
Uno de los
mecanismos mediante los cuales el azúcar promueve el cáncer y otras
enfermedades crónicas es al ocasionar disfunción mitocondrial.
Ya que el azúcar no es nuestro combustible ideal,
se quema de forma sucia con más especies reactivas al oxígeno que grasa, lo que
genera muchos más radicales libres, los cuales a su vez ocasionan daños en las
mitocondrias y en el núcleo del ADN, en conjunto con la disfunción de las
membranas celulares y la proteína...
Las
investigaciones6 también han
demostrado que consumir alimentos en exceso de forma crónica tiene un efecto
similar. La mayoría de las personas que comen en exceso también tienden a
consumir muchos alimentos cargados de azúcar, un doble revés, en términos del
riesgo de cáncer.
El consumo excesivo crónico genera estrés en el
retículo endoplasmático (RE), la red membranosa que se encuentra en la
mitocondria de las células. Cuando el RE recibe más nutrientes de los que puede
procesar, le indica a la célula disminuir la sensibilidad de los receptores de
insulina en la superficie de ésta.
Por lo tanto, comer continuamente más de lo que su
cuerpo realmente necesita promueve la resistencia a la insulina, por el simple
hecho de que sus células están estresadas por el trabajo que les ocasiona el
exceso de nutrientes. La resistencia a la insulina, a su vez, se encuentra en
el núcleo de la mayoría de las enfermedades crónicas, como el cáncer.
El Jarabe de Maíz de Alta Fructosa es el Culpable
Principal del Cáncer
Esto también
ayuda a explicar por qué el ayuno intermitente (así como otros tipos
de restricción calórica) es tan efectivo para revertir la resistencia a la
insulina, reducir su riesgo de cáncer y aumentar la longevidad.
La obesidad, causada por la combinación de consumir
una gran cantidad de fructosa o azúcar refinada y ayunar rara vez, si es que
alguna vez se hace, también promueve el cáncer a través de otros mecanismos,
incluyendo la inflamación crónica y una producción elevada de ciertas hormonas,
como el estrógeno, las cuales están relacionadas con un mayor riesgo de cáncer
de seno.
De acuerdo con
las investigaciones,7,8 recientes del MD Anderson Cáncer Center de la
Universidad de Texas, el azúcar refinado no solo aumenta significativamente su
riesgo de cáncer de seno, sino que también aumenta su riesgo de que los tumores
se propaguen a otros órganos.
Además, este estudio encontró que fue principalmente la fructosa refinada del jarabe de maíz de alta fructosa, que se encuentra en la mayoría de los alimentos y bebidas, la responsable de los tumores de seno y la metástasis.
Sin Azúcar el Cáncer No Puede Desarrollarse
Una de las
estrategias más poderosas que conozco para evitar o tratar el cáncer es matar
de hambre a las células al privarlas de su fuente de alimentos, la cual es
principalmente el azúcar y el consumo excesivo de proteína.
A diferencia de
las demás células de su cuerpo, las cuales pueden quemar carbohidratos o grasa
como combustible, las células de cáncer han perdido esa flexibilidad metabólica
y solo pueden desarrollarse si hay suficiente azúcar.
En 1931, el Dr. Otto Warburg recibió un Premio
Nobel por este descubrimiento. Tristemente, muy pocos expertos han aceptado
esta teoría metabólica del cáncer, aunque si aceptan la teoría de la genética
nuclear, que es un efecto cascada de la disfunción mitocondrial.
No se equivoque, lo PRIMERO que debería hacer si
desea evitar o tratar el cáncer si tiene resistencia a la insulina o leptina
(la cual está presente en el 85 % de las personas) es eliminar de su
alimentación todas las fuentes de azúcar o fructosa y los carbohidratos de los
granos, para optimizar la señalización de las vías que contribuyen a la
transformación maligna.
Reduzca su Consumo de Fructosa y de Carbohidratos
Sin Fibra
Yo recomiendo limitar su consumo de fructosa a
máximo 25 gramos al día, de todas las fuentes, incluso de la fruta. Si tiene
resistencia a la insulina, haría bien al ponerse como límite máximo 15 gramos
al día.
Los pacientes
de cáncer se beneficiarían aún más con un límite más estricto. Para un debate
más detallado, revise mi entrevista con el Dr. Seyfreid.
Yo, personalmente, creo que la mayoría de las
personas se beneficiarían de reducir su consumo de carbohidratos sin fibra (el
total de los carbohidratos menos la fibra), no solo el de fructosa, a menos de
100 gramos al día. Yo generalmente mantengo el mío en alrededor de 50 a 60
gramos al día.
La forma más fácil de disminuir dramáticamente su
consumo de azúcar y fructosa es cambiar a los alimentos REALES, ya que la mayor
cantidad de azúcar añadida que ingiere proviene de los productos procesados, no
de añadir una cucharadita de azúcar a su té o café. Aunque también hay otras
formas de reducirlo. Entre estas encontramos:
·
Disminuir la cantidad de azúcar que añade
personalmente a sus alimentos y bebidas.
·
Usar stevia o Lo Han en vez de azúcar o de
endulzantes artificiales. Puede conocer más acerca de los mejores y peores
sustitutos del azúcar en mi artículo previo "Sustitutos del Azúcar- Lo Que Es Seguro y Lo Que
No"
·
Usar fruta fresca en vez de fruta enlatada o azúcar
en las comidas o recetas que necesitan un poco de dulzor.
·
Usar especias en vez de azúcar para darle sabor a
sus alimentos.