martes, 23 de junio de 2015

Carrera para salvar a los últimos elefantes


Los elefantes son unas criaturas súper inteligentes, tan cercanos a nosotros en ese sentido como los simios y, aún así, estamos llevándolos literalmente hacia la extinción.

Además, están obsesionados con la muerte. Entienden lo que les pasa a ellos y a sus familias hasta el punto de llegar a reconocer los huesos de otros elefantes y pasarse horas llorándoles. La caza furtiva les resulta tan devastadora a nivel emocional que una manada necesita 20 años para recuperarse.

Cada día mueren 100 elefantes, algunas veces a tiros desde un helicóptero, otras por mutilación de la cara a machete mientras todavía estaban vivos, solo para producir baratijas de marfil. Aún peor, este comportamiento salvaje está orquestado por criminales organizados que ayudan a financiar a algunos de los grupos terroristas más peligrosos del mundo. 

Pero ahora tenemos razones para la esperanza: China acaba de anunciar que eliminará gradualmente su industria del marfil. Además, se están introduciendo leyes en once estados de EE.UU. que reclaman la prohibición del comercio de marfil. Es un punto de inflexión en la lucha por la protección de estos majestuosos animales, y podemos aprovecharlo para garantizar que se esfume la demanda global financiando una oleada de campañas en EE.UU., Tailandia y Vietnam para acabar con los mayores mercados de marfil del mundo. 


Cazar elefantes es un importante negocio, a medida que van desapareciendo más ejemplares en libertad, el precio de las reservas de marfil se dispara. Los cazadores furtivos se están apresurando ahora en matar a la mayor cantidad de elefantes posible. En cinco años, Mozambique ha perdido a la mitad de su población de elefantes. Es una carrera contra el tiempo y, si se mantiene este ritmo de caza, en poco más de una década ya no quedarán más elefantes salvajes, solo sus cementerios.

Las noticias que nos llegan de China nos ofrecen la mejor oportunidad para cambiar las cosas. Con campañas de Avaaz de primer nivel en estos once estados de EE.UU., así como en Tailandia y Vietnam, podríamos ayudar a detener la demanda de este marfil manchado de sangre, al tiempo que apoyamos iniciativas punteras contra la caza furtiva en la parte de la demanda. 

Esto es lo que podríamos hacer con la dedicación de un equipo internacional: 
Financiar campañas publicitarias contundentes en el Sudeste Asiático y los EE.UU. para terminar con la demanda de baratijas de marfil. 
Crear sitios web en el Sudeste Asiático y los EE.UU. en los que se informe a los consumidores del sufrimiento y la carnicería que viven los elefantes con el objetivo de cambiar la percepción sobre el marfil. 

Apoyar y reforzar campañas ciudadanas en los mercados de consumo de marfil en el Sudeste Asiático y los EE.UU. 
Respaldar los programas de protección a los guardabosques en África y las iniciativas creativas e innovadoras para vigilar los parques más remotos, como el uso aviones no tripulados. 

Avaaz cuenta con millones de miembros en todo el mundo, tanto en países donde la protección de los animales es fundamental como en aquellos donde se venden estatuillas de marfil. Si todos contribuimos, podemos ayudar por fin a poner freno a este comercio tan cruel y convencer a nuestros hermanos y hermanas de que respeten al resto de especies que comparten el planeta con nosotros. Haz clic aquí para que el equipo se ponga en marcha -- solo recogeremos las donaciones si recaudamos lo suficiente:

La elección que se presenta ante nosotros es muy sencilla: se trata de actuar ya o perder al elefante africano para siempre. No permitamos que sea nuestra generación la que masacre a estas majestuosas criaturas hasta provocar su extinción. Hagamos lo que nuestra comunidad sabe hacer mejor -- elegir sus batallas cuidadosamente, luchar de forma inteligente para prohibir este comercio y difundir la cultura de la compasión.

Con esperanza y agradecimiento,

Danny, Dalia, Alice, Emily, Lisa y todo el equipo de Avaaz


MÁS INFORMACIÓN

El elefante africano, en peligro de extinción por el tráfico de marfil (El País)

Animales en peligro de extinción: el elefante asiático (Europa Press)

China no quiere ser la asesina de los elefantes (La Vanguardia)

El 60% de los elefantes de Tanzania, muertos por furtivos en los últimos cinco años (La Vanguardia)

domingo, 14 de junio de 2015

El bronceado, adicción cancerígena

Millones de personas  utilizan las camas solares, creyendo obtener beneficios para su salud. Un fiscal de Nueva York demandó a empresas que ocultan el riesgo de contraer cáncer. La obsesión por el bronceado: adicción similar a la del consumo de heroína

En 30 años más gente contrajo cáncer de piel que cualquier otro tipo de cáncer, según la Sociedad Argentina de Dermatología. En EE.UU. 1 de cada 5 habitantes lo contraerá. Por eso preocupan los salones de bronceado artificial que publicitan los beneficios de las camas solares y ocultan el riesgo de contraer cáncer.

La Fiscalía del Estado de Nueva York demandó a Portofino Spas y Total Tan por indicar que sus servicios permiten obtener vitamina D, entre otros beneficios.

El fiscal general del Estado, Eric Schneirderman, dijo:
No se equivoquen, el bronceado en interiores no es nada seguro. El uso de dispositivos Ultra Violeta (UV) aumenta la exposición a la radiación que causa cáncer y pone a millones de estadounidenses en grave peligro. Las empresas irresponsables que buscan ganancias mintiendo al público, tendrán que rendir cuentas en mi oficina.

La ley en Nueva York prohíbe el bronceado artificial a menores de 17 años. Portofino Spa opera 5 centros de bronceado en Manhattan y Total Tan tiene 26 salones en Albany, Buffalo, Rochester, Syracuse y Erie. El fiscal Schneirderman preavisó de posibles demandas a Beach Bum Tanning Salons, con 14 salones en Nueva York y Long Island, y al gimnasio Planet Fitness con 101 sucursales en el Estado.

El bronceado artificial antes de los 35 años, aumenta 75% el riesgo de melanoma (el más grave cáncer de piel) que afecta a 3.500 personas al año en la ciudad de Nueva York y causa 9.000 muertes en el país.

En EE.UU. hay más de 22.000 salones de bronceado, con 28 millones de clientes. Francia tiene 10.000 salones con 40.000 cabinas de bronceado. 

Muchos concurren antes que comience el verano, creyendo que al broncearse en camas solares se protegen del sol cuando salen de vacaciones.No es así: piel bronceada es piel dañada, dicen los especialistas. Si se daña en las camas, se daña por segunda vez al exponerse al sol.

La Escuela Médica de Harvard indica que la obsesión al bronceado es una adicción similar al consumo de heroína.  Cell publicó un trabajo (19-6-14) que descubrió, en una prueba en ratones, que la habitual exposición a rayos UV provoca betaendorfinas, conocidas como hormonas del bienestar. El consumo de heroína comparte la misma vía hormonal.

David Fisher, autor del estudio, dijo: Es sorprendente que estemos genéticamente programados para ser adictos a algo tan peligroso como la radiación UV, probablemente el carcinógeno más accesible del mundo. Una explicación radicaría en el rol clave de estos rayos en la provisión de vitamina D a la piel.

En 2009 la Organización Mundial de la Salud clasificó las máquinas de bronceado como carcinógenos.

En la Argentina científicos del CONICET, dirigidos por el Dr. José Mordoh, están próximos a lograr una vacuna terapéutica anti-melanoma pues este cáncer no tiene medicina eficaz. Debemos concluir la Fase III final que ya trató 33 pacientes y se completará con 108.


FUNDACION SALES