Finalmente y
luego de años de reclamos de ciudadanos y organizaciones ambientales y sociales
de todo el mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció hace pocos
días que el glifosato, el herbicida más vendido del mundo, podría generar
cáncer.
En las últimas
dos décadas aumentaron las sospechas sobre la peligrosidad del glifosato para
los seres humanos. Sin embargo, lo que para vos y para mí es una potente señal
de alarma, es para Monsanto, su principal productor, su fuente de ingresos más
importante. Y por eso buscan defender el producto más allá de todas las
informaciones que nos alertan sobre los altos riesgos de su uso.
En 2014,
mientras este producto químico afectó cerca de 90 millones de hectáreas y miles
de pueblos latinoamericanos, los ingresos de Monsanto fueron de 15.900 millones
de dólares. El mismo año, en Argentina se utilizaron más de 200 millones de
litros de glifosato. No podemos permitir que la codicia sin límites de esta
multinacional norteamericana sea más importante que la salud de los habitantes
de nuestro país.
Los gobiernos
del mundo que toman seriamente la publicación de la OMS están discutiendo qué
hacer. El glifosato que se encuentre en el aire, los ríos, la lluvia y nuestros
alimentos podría generar cáncer. Las autoridades deben desintoxicar nuestros
campos y promover la agro-ecología.
Monsanto está
furioso tratando de desacreditar este estudio, sus acciones ya cayeron un 2.9%
desde que la OMS publicó su evaluación. Tristemente, el glifosato es sólo la
punta del iceberg - es una de las decenas de miles de insumos con los que la
industria química ha logrado la adicción de nuestra agricultura.
Para proteger
a los agricultores, los consumidores de alimentos y el medio ambiente buscamos
un mundo en el que todos los insumos agro-químicos de empresas como Monsanto se
eliminen y los gobiernos pueden establecer políticas que promuevan la
tecnología y las prácticas de la agricultura ecológica.
Hoy, en el Día
de la Tierra, debemos aprovechar este impulso para protegerla. El gobierno de
Brasil está considerando re-evaluar la clasificación de toxicidad del glifosato
para limitar su uso. Es un primer paso pero todavía insuficiente.
Una y otra
vez, gente de todo el mundo han luchado contra Monsanto y sus aliados para
proteger nuestro sistema alimentario. Aprovechemos esta oportunidad y marchemos
nuevamente.
Franco Segesso
Coordinador de
la campaña de Agro-ecología de Greenpeace Argentina
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